sábado, 21 de abril de 2012

Pensar en él.

Miro hacia la ventana y veo que de nuevo está lloviendo. Hacía un rato había parado, pero ha vuelto a comenzar a llover. Igualmente, es lo que habían previsto para todo el mes de Abril: lluvia y más lluvia. Me siento en la cama y cojo mi blackberry que está encima de mi mesita, espero impaciente a que se conecte otra vez. Hace algunas horas que no hablo con él y ya le echo de menos. Cojo mi iPod y le doy a reproducción aleatoria. En ese momento, suena the reason de the hoosbastank. Recuerdo que me la había pasado un día y, aunque ya la conocía, cada vez que escucho la canción no puedo de dejar de pensar en él. La verdad, es que en cada canción de amor, pienso en él. Es como un juego vicioso donde las canciones me obligan a pensar en él todo el rato. Me encanta pensar en él, recordar conversaciones anteriores donde yo sola me río, donde echo una carcajada cada vez que me cuenta algo. Cierro los ojos y me dejo llevar por la música, pienso en él.

Sonido de alerta de blackberry, la que tengo especialmente para él. Corro hasta la blackberry. Se acaba de conectar.

viernes, 20 de abril de 2012

Los polos opuestos se atraen.

Antes de todo, quería pedir perdón por no actualizar el blog ni nada parecido. Simplemente, un día se me fue la inspiración y no me ha vuelto hasta hace algunos días. Espero que los que leían mis textos sigan leyendo y sino, no pasa nada, ya que este es un lugar donde me puedo expresar sin miedo a los límites o a lo que piense la gente. Tan sólo, quiero escribir.

Cierro los ojos. Suspiro. Los abro. Vuelvo a suspirar. Ya se ha ido, se ha marchado como es de costumbre con sus amigos por ahí. He hablado con él unas dos horas y me he reído tanto como los otros días. Vuelvo a cerrar los ojos, y también suspiro. Me acerco a la ventana y empiezo a reflexionar: sobre mí, sobre él, sobre todo.

Cada noche son risas, carcajadas una tras otra. Un día me di cuenta que necesitaba hablar con él para sentirme bien, para sentirme feliz. Le quiero. Me dije otro día. No podía evitar sonreír cuando hablaba con él, sentía que las mariposas de mi estómago volaban sin parar, sin rumbo alguno, sólo volaban por mi interior.

Somos diferentes, muy diferentes. Él es popular, yo paso inadvertida; él, es extrovertido, yo soy muy tímida; yo soy cursi, él nada romántico... Peleamos, discutimos a causa de nuestras diferencias, nos dejamos de hablar durante minutos, horas que son torturas para mí... Pero siempre termina sacándome una sonrisa cada vez que nos reconciliamos. Eso, nos hace más fuertes, nos hace tener una relación cada vez más fuerte... Aunque seamos diferentes, dicen que los polos opuestos se atraen. Al fin, sé que es verdad. Se atraen, y con mucha fuerza.